La SEP reveló una serie de acciones preventivas para tener un regreso a clases más seguro y con menos impacto en contagios por enfermedades respiratorias o COVID-19.
El próximo lunes 29 de agosto se espera el regreso a clases de un elevado número de alumnos de educación básica (preescolar, primaria y secundaria) a nivel nacional. Ante ello, la Subsecretaría de Educación Básica de la SEP, emitió una serie de medidas preventivas para proteger a los alumnos ante posibles contagios por COVID-19 u otro tipo de enfermedad respiratoria.
Lo anterior, explica la dependencia educativa, es con la finalidad de lograr un regreso a clases presenciales de que no ponga en riesgo la salud de los estudiantes. Así como también para evitar el ausentismo escolar que permita cumplir con los horarios y días de clases presenciales que marca el Calendario Escolar del ciclo 2022-2023.
Acciones de los Comités Participativos de Salud Escolar en el regreso a clases
A través de un comunicado, la subsecretaría de Educación Básica destacó que los Comités Participativos de Salud Escolar apoyarán con la implementación de las medidas sanitarias señaladas por las autoridades correspondientes. Además, se encargarán de:
- Incentivar la participación de padres de familia o tutores para que se involucren con las acciones precautorias señaladas.
- Informar a la comunidad escolar sobre las medidas sanitarias vigentes.
- Favorecer la concienciación y formación de hábitos sobre las medidas de higiene.
Entre las acciones recomendadas por las familias y autoridades educativas, está promover el lavado de manos constante; garantizar la completa disponibilidad de agua y jabón (o, en su defecto, gel antimaterial); y colocar cestos de basura y materiales para que los alumnos, docentes o administrativos, puedan secarse las manos.
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Medidas para combatir el COVID-19 en las escuelas públicas o privadas
La SEP también recomendó que se verifique que todo el personal de las distintas escuelas (directivos, docentes, entre otros) cuente con el cuadro de vacunación completo. Así como también la dosis de refuerzo para minimizar los riesgos de contagio, o que exista la posibilidad de desarrollar COVID-19 grave que pueda derivar en fallecimiento.
Además, resaltaron la importancia de vacunar a los niños y niñas de más de cinco años. En especial a aquellos alumnos que padezcan alguna comorbilidad o que cuenten con una condición preexistente. De esta manera, las autoridades escolares pretenden lograr el objetivo de que ningún alumno se quede sin recibir la vacuna pediátrica anti COVID-19 de Pfizer-BioNTech.
“La vacuna es una medida útil para mitigar el riesgo durante actividades esenciales, como ir a la escuela. Pues es importante para el desarrollo biopsicosocial y educativo durante la infancia y la adolescencia”.
Secretaría de Educación Pública.
¿Y qué pasa con los cubrebocas?
Las mascarillas siguen vigentes y son una de las medidas preventivas contra COVID-19 que más recomiendas los especialistas en salud y enfermedades respiratorias. Por lo tanto, la SEP informó que los estudiantes mayores a seis años deben vestir, y usar adecuadamente, un cubrebocas mientras realicen actividades en espacios cerrados. “La medida no es aplicable para personas con discapacidad que no puedan usarlo de forma segura”. Dijeron. Otras acciones recomendadas, son:
- Abrir puertas y ventanas para ventilar los salones, permitiendo la entrada de luz solar siempre que sea seguro hacerlo. Y sin poner en riesgo a la comunidad educativa.
- Fomentar la detección temprana de casos y contagios para reducir la propagación de la enfermedad.
- Promover el bienestar emocional de maestras y maestros para que puedan cuidar de otros y ser un soporte emocional para los alumnos.
En cuanto a las caretas, protectores faciales o lentes protectores, la SEP solicita evitar su uso. Esto debido a que no son eficaces para proteger a quien los porta o a quienes lo rodean. Tampoco se recomienda el uso de tapetes, túneles sanitizantes, o rociar a la gente con “sanitizante” líquido o aerosol.
- Abrir puertas y ventanas para ventilar los salones, permitiendo la entrada de luz solar siempre que sea seguro hacerlo. Y sin poner en riesgo a la comunidad educativa.
- Fomentar la detección temprana de casos y contagios para reducir la propagación de la enfermedad.
- Promover el bienestar emocional de maestras y maestros para que puedan cuidar de otros y ser un soporte emocional para los alumnos.
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